El primer registro que se tiene de la caída de un objeto no identificado en Chile se remonta al 15 de febrero de 1914, en la localidad de "Chanco". La información disponible de este incidente proviene de varias fuentes distintas.

La primera de ella es la transmisión oral de los lugareños que contemplaron la caída de un cuerpo extraño y lo contaron a sus descendientes. La segunda son los testigos que vivieron en la zona y aún están vivos, como es el caso de Andaur, que declara recordar todo lo que sucedió aquella tarde. Caminaba con su madre cuando les sobresaltó un enorme estruendo.

Como muchas otras personas, al mirar al cielo vieron cómo caía lentamente un cilindro envuelto en llamas y humo sobre un área montañosa, provocando un gran incendio. Como todos los otros testimonios del incidente su relato también cuenta con el aval de lo que publicó la prensa en aquellos días.

La búsqueda de los restos o evidencias que avalen la posibilidad de que un ovni se hubiera estrellado en la localidad de Chanco, no ha sido una idea ajena a los investigadores chilenos del fenómeno, el geógrafo de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Pedro Muñoz, ha estudiado el caso durante mucho tiempo e, incluso, en 1998 participó de una búsqueda de los restos en conjunto con militares chilenos equipados con detectores de metales. Si bien la búsqueda, que fue posteriormente presentada en uno de los capítulos de la serie documental Ovni de de Chile, fue infructuosa, ello no desanima a los investigadores, quienes creen que efectivamente un extraño objeto se precipitó a tierra en Chanco, manteniendo viva aún hoy esta historia.




Esta información también tiene especial interés. El 16 de febrero de 1914 el de la ciudad de Talca puntualizaba: "Fenómeno Celeste. Ayer a las 5:55 P.M. se vio atravesar un bólido, por las alturas celestes, en dirección de poniente a oriente. El luminoso cuerpo no dejó de impresionar a las numerosas personas que lo pudieron contemplar". Más adelante señala: "La humareda blanca que dejó en pos de sí tardó más o menos 15 minutos en disiparse, tiempo en que se mantuvo suspendida sobre el azul del cielo, destacándose perfectamente". A continuación, el periódico especula con la posibilidad de que se tratara de un cohete de fuegos artificiales o de un aeroplano incendiándose.

También desde Argentina se observó dicho fenómeno. El telegrafista que emitió el comunicado desde este país vecino, según del 18 de febrero, indicó que el cuerpo dejó "una larga estela blanca de gases que se mantuvo visible hasta la noche". En el párrafo final señala: "Presúmese que este gran aerolito ha caído en territorio chileno, o en el Océano Pacífico".

Los testigos en Chile acotan que el objeto emitía un ruido como de motor, tenía forma cilíndrica o de cigarro y caía lentamente. Por lo que, se podría descartar la posibilidad de que se tratara de un aerolito, ya que el objeto tendría que tener una caída libre.

No fueron éstos los únicos antecedentes históricos. Pero sirven para cuestionar seriamente la interpretación simplista que señala que en Chile el fenómeno OVNI es importado en la posguerra como moda cultural de EE UU. Mucho antes ya existían varios antecedentes, que, además, tienen el valor de brindar testimonios imparciales que no podían estar contaminados por ninguna moda. La búsqueda del OVNI en Chanco se ha retomado como investigación de un caso histórico. Pedro Muñoz, geógrafo de la Pontificia Universidad Católica de Chile, fue uno de los profesionales que participó en esta pesquisa en colaboración con personal militar. Tanto él como el académico de la misma Universidad, Reginaldo Bergier, uno de los más prestigiosos geógrafos del país, promovieron la realización de una investigación en profundidad en el área donde cayó el OVNI y que ya han delimitado.